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Jordi es técnico de turismo e Inma es técnico de medio ambiente, y tienen dos hijas. Su sueño: aportar un proyecto con valor para las personas y para Benicarló. En 2016 compraron una de las últimas casitas antiguas del puerto de Benicarló para rehabilitar y darle una nueva vida. Una locura en toda regla por sus reducidas dimensiones, su estado de ruina, y su inexperiencia.  

A finales de 2018 la “Caseta del Port”, recupera su vida ofreciendo una experiencia gastronómica saludable e innovadora de la mano del joven chef Anay Bueno y su espacio “Cor de Carxofa”. Y para todos los que buscan un alojamiento turístico exclusivo y con privacidad, ofrece 2 apartamentos tipo loft con un encanto especial, y con mucha mar. 

Nos gusta explicar que la casita fue creciendo en alturas a lo largo del tiempo, y hemos querido recuperar su función de acogida. Aquellos primeros visitantes extranjeros que en los años 50-60 descubrirán la costa levantina alojandose en las casas de la gente local, son ahora viajeros que huyen de la masificación turística y buscan autenticidad.

A tod@s los que os encanta la tranquilidad, aquí podréis pasear cerca de las barcas de pesca, cerrar los ojos y respirar la fragancia del mar. 

¡Bienvenid@s a inspiramar!