Sobre nosotros
La historia de una locura
El punto de partida
Jordi es técnico de turismo e Inma es técnico de medio ambiente. Al poco de nacer nuestra primera hija Violant, la multinacional dónde trabajaba Inma despidió a Inma junto con la mayor parte de la plantilla. Este es el inicio de un cambio de mentalidad en la familia. Vamos a empezar un proyecto familiar propio, basado en el turismo y el medio ambiente. Después de algún intento fallido, por fin sale la oportunidad para complir su sueño: un proyecto con valor para las personas y para Benicarló. En 2016 compramos una de las últimas casas originales del puerto de Benicarló para rehabilitarla y darle una nueva vida. Una locura en toda regla por sus reducidas dimensiones, su estado de ruina, y nuestra inexperiencia.
A punto de perderlo todo
En 2018, a punto de terminar la reforma infernal en la que estábamos puestos, Jordi tuvo una trombosis pulmonar provocada por un coágulo de 25 cm en la femoral. Saltó a los pulmones provocando un TEP que le hizo caer fulminado. El causante: un golpe en el tobillo que se da en la cama cuando no podía dormir aterrado por el desmadre de la reforma. Era una de esas noches de insomnio causado por el miedo a que todo saliera mal. Tras cinco días en la UCI, tuvo mucha suerte de vivir.
La presión social era enorme. Todos nos dijeron que era una locura emprender una inversión para crear un espacio gastronómico saludable (vegano/vegetariano) en la parte inferior del edificio, y dos apartamentos en la parte superior. Por una parte una oferta gastronómica que aún es vista como algo “raro” en el entorno local, y por otra parte, competir con un par de lofts, sin ascensor y sin piscina, en un destino en el que encontramos más de 7.000 alojamientos con casi 55.000 plazas en tan sólo 30km de costa. De aquí las palabras de aviso de amigos y familiares, preocupados por nosotros al ver dónde nos metíamos.
¡Lo conseguimos!
A finales de 2018 la “Caseta del Port”, recupera su vida ofreciendo una experiencia gastronómica saludable e innovadora de la mano del joven chef Anay Bueno y su espacio “Cor de Carxofa”. Y para todos los que buscan un alojamiento turístico exclusivo y con privacidad, ofrece 2 apartamentos tipo loft con un encanto especial, y con mucha mar. El puerto de Benicarló siepre ha sido para nosotros un espacio donde “inspirar” el mar, encontrar la paz paseando al lado de las barcas y las redes de pesca. De aquí viene la marca de nuestro proyecto, inspiramar.
Nos encanta ver a nuestros huéspedes disfrutar de esta casita que fue creciendo en alturas a lo largo del tiempo, y hemos recuperado su función de acogida. Aquellos primeros visitantes extranjeros que en los años 50-60 descubren la costa levantina alojandose en las casas de la gente local, son ahora viajeros que huyen de la masificación turística y buscan autenticidad.
Fueron momentos duros, pero durante estos años hemos ido recogiendo frutos del esfuerzo y este proyecto familiar nos ha permitido viajar, generar rentas complementarias a nuestros trabajos y seguir invirtiendo para aumentar el patrimonio familiar. A nivel de salud, Jordi está perfectamente y gracias al susto hemos podido descubrir una herencia genética que afecta a la coagulación, una información que actúa como salvavidas para Jordi y para las peques, ya que saberlo nos permite prevenirnos de problemas de salud serios en el futuro.m
Seguimos creando prosperidad
Pasados cinco años del inicio del proyecto, seguimos mejorando cada día reinvirtiendo todos los ingresos que generamos en la ampliación y mejora del proyecto. Con mucho esfuerzo conseguimos adquirir la casita de al lado, también en estado de ruina, para crear tres alojamientos más en el futuro próximo. Será el mismo concepto de alojamiento íntimo con encanto, con algunas sorpresas y detalles que iremos presentando por aquí.
Muchas gracias por leernos y por apoyar nuestro proyecto familiar con vuestra reserva. A tod@s los que os encanta la tranquilidad, cerrar los ojos y respirar la fragancia del Mediterráneo…
¡Bienvenid@s a inspiramar!
Nuestro logo: idea original de nuestra hija Violant. La letra «a», nos recuerda la acción de inspirar-expirar, seguida de una ola de mar que nos evoca la calma.